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martes, 3 de enero de 2012

El trayecto de su ausencia

Por: Michael Maldonado

Es cierto, se miro al espejo nuevamente, esos ojos delineados con lápiz negro, con su vestimenta de líneas rombos y cuadradas, pantalonetas apretados y entubados de color negro y la zapatilla converse sucia y trajinada, pensó que por primera vez se veía mas bella que nunca, sonrió, y pinto su nombre con un lápiz labial comprado en una tienda donde la comuna compraba para estar al tono del grupo de erráticos y soñolientos incomprendidos.
Patetiiqah  escribió con letras grandes, que importa cómo se escriba si esa era el nombre que escogió y la forma de hacerlo, tal vez años atrás hubiera escogido bella princesa, pero Patetiiqah  era el nombre que más le golpeaba el alma casi molida a palos y vejadas por tanto cicatrices que llevaba en su corazón.
Sonó el celular, varias veces, carajo, dijo, me falta planchar mi pelo, eran la seis de la tarde y la gente de la comuna me está esperando,  dilato el tiempo a su antojo nuevamente y recordó aquella vez, cuando a su madre en su pequeña lucidez precaria le contó una historia de amores furtivos, ella se quedo pasmada con la veracidad y la forma como la vivía; cada relato, el gesto, el movimiento de sus manos daba forma a la historia y entonces hizo una pausa silenciosa y le dijo..Cuando tengas que espantar esos demonios que no te dejan ser feliz grita fuerte, grita hasta que se escuche hasta el último rincón de tu corazón, son esos demonios que te amarran, te atan, te ahogan las ganas de volar, te dejan muchas cicatrices en el alma, entonces ambas al unísono gritaron fuertemente, gritaron al cielo, a la luna y ese  grito fue tan fuerte que espanto al mismísimo demonio…
Su entorno familiar adolecía de amor y confianza, su madre a veces sufría de histeria colectiva, su padre lo había abandonado desde muy niña… miro el espejo sonrió, luego agarro el celular, tomo una mochila, y como tanta noches confusas se marcharía a  la reunión con la misma gente de emociones inestables….
Firifiri llamo varias veces, no entra la llamada. pensó entonces, llamo a la casa de Patetiiqah y sonaba y resonaba y nada, se canso, tomo algunas cápsulas de amitriptilina de 25 mg,  para relajar ese dolor de que llevaba días, esta migraña me está dejando débil, pensó, luego escucho un zumbido en la oreja y por un rato cerro sus ojos y se dejo llevar en la oscuridad de sus ojos cansados, en un momento sintió que la oscuridad le envolvía todo su cuerpo y sintió que descendía hacia un abismo sin retorno, despertó en si cuando escucho el sonido de mensaje del celular, alzo con desgano y leyó lo que decía .. Escondiéndome bajo mi sombra estrangulo mis lágrimas al otro lado de la orilla…
Patetiiqah llevaba siempre en su mochila, un libro de poemas ¨perros amores,  lo compro en una feria por el centro de Lima, le gustaba recitar a veces, sola a escondida bajo la sombra de la agonía de la tarde, miro su reloj no llego, dijo, ojala que la tribu me estén esperando, miro el celular y vio que tenía varias llamadas perdidas, era el mismo número que Firifiri le dio en una tarde de cielos grises, pensó si lo llamo me va a estar controlando y hoy solo quiero ausentarme un poco, tomo de su bolsillo su itunes y se puso a cantar

Ahora te diré lo que he hecho por ti
50 mil lágrimas he llorado
Gritando, engañando y sangrando por ti
Y aun así tu no me escuchas
Me estoy hundiendo

…Miro el mensaje y en su silencio propio preguntaba ¿Por qué?, porque escogiste tus caminos entre tinieblas y sombras, si te ofrecí mi última esperanza, tengo que buscarla, encontrarte … un día antes, Ella, le decía, de veras quiero morirme, el lo tomo de la mano y vio algunas cicatrices de dolores viejos, lo abrazo tiernamente contra su cuerpo y le dijo, de verdad que me da mucha pena dejarte, ella respondió, procura no olvidarte de mí porque bien sabe que yo estaré  a tu lado. Y si no, quiero recordarte lo que tu olvidas, El sonrió y le dijo esa es de Safo, todavía le sigues amando a ella, ella se quedo suspendida por un momento, luego hizo unos movimientos suaves, siempre en dirección al cielo, por un instante dejo que su cuerpo y su alma se mezcle con los movimientos ondulantes del viento, en ese instante sintió ganas de llorar, luego quiso desaparecer y encontrarse en otro tiempo, entonces, el lo tomo entre sus brazos y le dio un beso, su último beso fue hirviente, sublime y puro, luego le dijo vete tranquila, dio la espalda y siguió su camino…
En el trayecto de su ausencia Patetiiqah habría calculado que desde que salió de su casa rumbo a la comuna, no había pasado menos de una hora, entonces, apresuro su paso, el cielo se hizo gris, el viento suave arrastraba algunas hojas secas a su pies, de un momento se detuvo frente a una vitrina, sonrió, su cabellos reflejaban  un rostro afligido, pensó en  nuevamente en escribirlo, y una vez más, vacilo…

A mi hermano Luis .....aquel caminante de sales y arenas.

2 comentarios:

Brisce dijo...

Es interesante ver las cosas desde otra perspectiva y este relato me hace entender que todos, quizás en algún pasado o futuro pasaje de nuestras vidas tendremos una actitud
"emil" (innovando el vocabulario) o sea de emo, de todos modos lo que cuenta es como nos reponemos a esa situación, creo yo.

Luis dijo...

he mirando desde la perspectiva de un sueño fantasioso irreal utópico, cuya interpretación es extraordinaria, creo que al final nadie se cansa de amar o querer, pero como todo en el mundo uno se cansa de esperar, suponer, o de creer fantasías...