No hay mucho para decir que la mayoría no sepa ni pueda leer en otros diarios o sitios ya que en todos portales uno puede encontrar un recorrido por la historia de Freddie, un cantante de voz imponente y gestualidad pomposa que sentó las bases de la teatralidad en el rock, figura excepcional de la escena del rock mundial.
Un día como hoy un 24 de noviembre de 1991, a los 45 años un día después de reconocer que estaba enfermo de sida, fallecía en su casa de Londres Farrokh Bulsara, en la calle Logan Place del barrio londinense de Kensington.
Su padecimiento fue celosamente mantenido en secreto durante años, llevaba cuatro luchando contra la enfermedad. Solamente algunos de sus amigos más cercanos, sus amistades y su novio Jim Huttom, estuvieron con la estrella de Queen en estos momentos tan difíciles para ellos.
(Tomada del Mundo) ……. A pesar del acoso de los medios y de las especulaciones sobre el estado de salud de Freddie tras ver su imagen en el vídeoclip de ‘I’m going slightly mad’, el cantante no hacía más que negar las informaciones que le relacionaban con la enfermedad.
En mayo, el grupo se reunió para grabar el vídeo de ‘These are the days of our lives’. Freddie apenas se podía mantener en pie y tuvo que aparecer tras una gruesa capa de maquillaje que no conseguía disimular su extremada delgadez. Sabiendo que ésa sería la última vez que se pondría delante de la cámara, Mercury enfatizó la última frase de la canción: “Todavía os quiero”.
Aquel vídeo, igual que el de ‘The show must go on’, se emitió por todo el mundo en los meses posteriores a la muerte de la estrella,convirtiéndose en su testamento vital. Y así hubiese sido de no ser por Brian May y Roger Taylor, que se empeñaron en exhumar el legado de su compañero de grupo con diversas ediciones de material inédito y hasta una gira en la que volvieron a usar el nombre de la Reina.
Pero resultaba imposible revivir el magnetismo y la personalidad de Freddie sobre el escenario. Desde sus comienzos, a finales de los 60, Freddie demostró que se podía mezclar el espíritu del ‘glam-rock’ con el de la ópera. Los primeros éxitos, como ‘Keep yourself alive’ y ‘Killer Queen’ dieron paso ‘A night at the opera’, álbum en el que se incluyó la apabullante ‘Bohemian Rhapsody’.
A partir de ahí, la carrera de Queen se midió por conciertos con miles de asistentes, como el de Rock in Rio de 1985 y el de Wembley en 1986.Con el torso desnudo, marcando ‘paquete’ y haciendo sus imposibles coreografías, Mercury hermanó a los ‘heavies’ y a los ‘poperos’, las greñas del rock y las mallas ochenteras. Aunque los 70 fueron más prolíficos en temazos (‘We are the champions’, ‘Love of my life’, ‘Don’t stop me’), fue en los 80 cuando la iconografía de Queen alcanzó sus mayores cotas, con los vídeos de ‘I want to break free’, ‘It’s a hard life’ o ‘Radio Ga Ga’.
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