Como cada noche la tuvo entre sus brazos, fantaseo como siempre, hacia el amor marcado con la soledad de una cama vacía, era su poesía sin ritmo, una serie imágenes llegando al orgasmo pueril, alcanzando la plenitud del quien no quiere despertar, pero el día llega “maldito amanecer” se decía y volver a la realidad a la rutina y esperar la noche para volverla a tener solo por un instante y buscarla solo en sueños, la única manera de ser feliz por un instante…
Pero un día cambio, aquella noche no solo fue el principio de sus pesadillas, si no una despedida la última vez que sentiría que ella lo quería, y no era más él quien le buscaba, no quiso que se fuera pero fue más la incertidumbre de encajar esta tibia y triste melancolía.
Aquella noche sintió miedo, un zumbido y un escalofrió entro por su puerta e impregno todo el cuarto, rezo como casi nunca lo hace como la primera vez que le enseño su madre de niño con balbuceos del que empieza a hablar, pidió a su familia ya fallecida que le protegiera, sin saber que ella no quería hacerle daño y solo se acerco al borde de la cama para abrazarlo y sintió sus brazos por la espalda coger su cintura como lo hacían en su juegos aquellos días que andaban juntos, a su lado sentía su suave presencia, sus ojos como contumacia no quisieron abrirse, el miedo de saber que era ella porque pensó que sería una despedida que no quería, su temor no solo de perderla si no que en verdad supo que lo amaba, y nunca se dio cuenta hasta ese día. Sentía un vacio, su corazón palpitaba acelerado, su miedo le hacía temblar las piernas, un escalofrío por el cuerpo, un nudo en la garganta y a la vez la incógnita de saber porque estaba a su lado y porque ahora y se sentía perdido por un instante, y alucinaba, tu alma vino a despedirse era su mayor miedo, quiso despertar y a la vez encontrarla por un instante y preguntarle una verdad que era ya clara.
Ese amanecer le dejo como siempre un mensaje, y como siempre nunca respondía solo esperaba que le llegara y como saberlo solo quedaba esperar hasta pasar el día, los últimos días de semana como siempre revisa su correo y encuentra un mensaje suyo, sorprendido por sus palabras se entusiasma de un soplo, creo que su esperanza de verla era más temeroso que de alegría, ese te quiero le lleno de gozo, así que re describió su mensaje y lo envió y como siempre dejo un mensaje en su celular claro sabia que nunca respondería pero que mas da se conformaba con eso.
Nunca es tarde se dijo y la llamo a su celular en la noche no respondió, al día siguiente en la mañana volvió a intentarlo y hablaron con un flirteo como en los tiempo que se tenían cerca, ese juegos de palabras le regocijaba el corazón nuevamente esperanzador. Acordó llamarla en la noche y de nuevo mas flirteo, al final claro era el interesado en conversar y verla en persona su miedo en ese instante se diluyo, y quedaron verse a tres días de calendario un domingo en la tarde en el lugar que le fue mas cómodo mas segura para ella, no importaba solo verla era su objetivo.
Esos días previos de la fecha sentía muchas cosas en la cabeza, inseguridad, falta de apetito, un poco de temor e incertidumbre, como siempre se decía que debía ser más seguro, que la escuchara y que no dijera más de la cuenta que no le dijera aun que la quería más de lo normal por el miedo a que ella no estuviera preparada, prefería tenerla como amiga que perderla por amor, la estuvo esperando mas del tiempo, pero no importaba solo que sea más seguro y afrontar quizás el desencanto o quizás ver que ella no pensaba lo mismo, habría que estar preparado para todo, aunque en el fondo tenía una leve esperanza. Eres mayor le decía la razón, crees que ella se metiera en tu vida y tú en la de ella, podrías lidiar con la edad, con lo que ella le falta vivir con lo que ella todavía no encuentra su camino, tú en cambio ya maduro no podrás seguirle los pasos y ni ella a ti… pero no importaba creía que podría lograrlo si ella quisiera y fantaseaba como un chiquillo como un adolescente.
Llega aquel día, llego temprano, veía parejas no solo en el parque en los asientos, caminando tocados de la mano, esposo yendo de compra con los hijos en mano, dos ancianos juntos caminando por otra parte, niños jugando y nuevas parejas que empezaban su sueños. Tanta nostalgia alcanzar algo que ya de si no tenía solo en sueño lo alcanzaría se preguntaba, maldita sea la vida que injusta es a veces, pero bueno ojala cambie tanta soledad.
Llego la hora y pasaba los minutos y ella ni sombra, mira su reloj una y otra vez, paso 5 10 15 20 30 45 minutos y ella seguía en la sombra, cogió el celular la llamo suena una y otra vez, deje su mensaje otra vez, manda un mensaje de texto no llega la línea no está disponible, vuelve a intentarlo una y otra vez, y lo mismo algo malo debe pasar se pregunto.
Antes de retirarse miro da vuelta alrededor, parejas adultos ancianos y niños y lo mismo, camina y sigue intentando llamar esta vez apagado el celular de ella, manda el mensaje y nuevamente lo mismo no se puede enviar.
Camino toda la tarde mira su reloj paso una hora y sigue viajando por calles vacías, se cruzan muchas parejas que esperan el fin de semana para rencontrarse, y como siempre la maldita nostalgia otra vez, algo me pasa algo se repitió mil veces por la cabeza, seré que nací para esto para esta soledad, he intentado muchas veces y muchos fracasos, batallas perdidas guerras sin héroes. Al final del la noche mira desde su ventana y espera que llame para decirle algo, lo que nunca ocurriría.
Pasa los días y nunca llego lo que espero, su respuesta aunque por medio del correo ni eso lo encontraría y solo se diluía con el tiempo, la misma receta “los días el tiempo hacen olvidar las cosas”. Pero un día menos esperado llego aquel mensaje aquel correo que pensó que no llegaría, lee con detenimiento, siente un escalofrió total, el miedo se apodero de si, su corazón crujió y un silencio se apodero de su cuarto, los ojos se llenan de lagrimas. No creyó lo que leía, era su llanto el silencio amargo que nadie escuchaba ni el hermano que estaba en cuarto continuo, se sentó al pie de la cama miro mil veces el techo, solo recordaba su rostro encantador, su sonrisa alegre cuando estaban juntos aquellos días, la recordaba tanto que su grito era un vacio en su corazón.
No pudo despedirse no pudo estar con ella no pudo decirle que la quería que la amaba que empezó como juego, nunca pudo decirle que ella era su motivo.
Tenía el corazón destrozado, su dolor era intenso, perdió algo que nunca tuvo ni nunca tendrá.
Era un mes que ella había estado enferma, nunca supo de que ni como fue solo que el día que fue a visitarlo y nunca llego, aquel día que quiso darle la sorpresa. El llanto y el miedo se apoderaba de él, le mando el mensaje aquel día que la estaban enterrando, aquel día que era nublado en verano, aquel día que ella fue a visitarlo en su cuarto aquella noche que no durmió.
Su pensamiento obnubilaba su razón, ¿era su voz la que le hablo? ¿era ella? ¿era un sueño era real o solo seguía teniendo esta pesadilla?
Fue al cementerio donde la encontró y su realidad fue funesta, se hecho en llanto, no cavia mas duda era su amor ahí bajo metros de tierra cubierta de pasto y adornada de flores, estuvo una rato ahí arrodillado lleno de lagrimas, le hablo aunque sus oídos ya estaban sordos; se levanto y se sentó en una banca cerca, creo que me estoy volviendo loco se decía si llegara a contar quien me creería, al final de la tarde sintió cansancio así que cabeceo un poco y no pudo más; y nuevo la vio sintió que la abrazaba esta vez el no quería dejarla no quería despertar, solo escucho sus palabras “eres un caminante de la vida yo prisionera de mi destino, solo por ti espere y ahora puedo irme tranquila”, beso su mejilla y el despertó de sobresalto, señor retírese hora de cerrar le decía el cuidador del cementerio.
Camino a casa empezó a recordar sus palabras, ella que era su inspiración le dio un motivo y así ya en su cuarto vacio cogió su computadora y empezó su historia, fue lo que le dio nunca dejar un sueño, lo único malo será que nunca tendría con quien compartirlo, pero la vida por tan infausta que sea le dio una razón una historia para empezar, y si amo una vez y lo único que se arrepintió es que nunca le declaro ese amor. Sus pensamientos dan vueltas en su cabeza, quedaron muchas cosas por decir, y es difícil dejarte ir.
1 comentario:
PAUL:
Chevere tu blog , bacan lo del chico y su novia y si ella se quiere ir que la deje ir porque es verdad que hay muchas mujeres de su edad que estarian dispuestas a compartir el resto de sus vidas con el ; todos somos pasajeros en esta vida porque no somos eternos y prisioneros de la muerte porque no podemos escapar
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